lunes, 17 de mayo de 2010
EDUCACIÓN ESCOLAR: ¿CULPABLE INCAPACIDAD?
ABSTRACT
Este trabajo pretende ser el esbozo de una reflexión en torno a la educación escolar hoy. Se acusa al Sistema Escolar de no haber tenido ni la decisión ni el valor para replantear sus prácticas pedagógicas a la luz de un nuevo modelo de sociedad y de hombre. Esto ha generado una institución reproductora de conocimientos y excluyente, sobre la base de saberes confusos y desvinculados de los constructos sociales. Se propone
I. Introducción.
“... me espanto y me asombro de verme aquí
más bien que allí, porqué ahora mejor
que entonces. ¿Quién me ha puesto allí?
¿Por orden y voluntad de quién
este lugar y este espacio han
[1]
Pascal
Cada vez que hablamos de educación resulta imposible no reflexionar sobre el ideal de sociedad que queremos y, por añadidura, en el modelo de hombre que ésta sustenta. Quisiéramos pensar que el sistema escolar toma en cuenta estos conceptos para construir sus modelos educativos, que los cambios culturales no son ajenos a los proyectos de instituciones que se arrogan el derecho de decidir qué es lo mejor para nuestros hijos.
Desde una perspectiva sociológica todas las identidades son construidas, por lo que resulta de particular importancia preguntarse cómo y desde qué aspecto la escuela contribuye a la resemantización de la realidad. “Somos lo que vemos” dice Marshall Mac Luhan al referirse a la forma en que influyen los mensajes en una sociedad como la nuestra. La trascendencia de la riqueza multimedial que nos invade afecta la manera de ser, estar y percibir nuestro entorno. Nuestras relaciones están mediadas por aparatos tecnológicos que modelan el concepto de “estar” en el mundo. Esta eficiencia de los sistemas de comunicación ha dado como resultado la universalización de la cultura, que ha incidido en un fenómeno de transculturalización entre los pueblos. Las identidades se mezclan y co-n-funden en un amasijo informe, quedando relegadas a pequeñas comunidades que luchan por conservar una parte de ellas mismas.
Entonces, en un escenario como este ¿de qué debería ser capaz el sistema escolar?
El tema del rol de la educación en el mundo posmoderno, atraviesa, en mi opinión, por el concepto de “culpable incapacidad”[2] de la escuela, puesto que no ha tenido ni la decisión ni el valor para replantear sus prácticas pedagógicas a la luz de un nuevo modelo de sociedad y de hombre. Esto ha incidido en que el sistema escolar se haya subordinado a los poderes fácticos, más bien tradicionalistas; que se conciba como mero reproductor de saberes; que tenga una tendencia marcada hacía la homogeneización del conocimiento; que se transmitan las competencias que él cree necesarias; que torne los aprendizajes pasivos al crear “usuarios de la técnica” desligados del hecho tecnológico; y que tenga la tendencia a absorber variedad de estilos en busca de una identidad que por esta mixtura se vuelve cada vez más confusa.
Mi propósito es esbozar una crítica a la rigidez de un sistema que no da cuenta de la forma en que las personas construyen su identidad, puesto que la escuela “...debe crear un clima donde se le ayude al alumno (donde se plantee) la necesidad de una respuesta personal, creadora y no impuesta...”[3]
II. Desarrollo, juicio crítico y postura personal.
1. La tradición del poder o el poder de la tradición.
Hemos partido esta reflexión diciendo que el hombre se construye en sociedad, esto viene a significar que el proceso identitario es el resultado de reconocer al otro y de absorber patrones y modelos que en definitiva me hacen ser quién soy. Por la forma en que la naturaleza humana se manifiesta, no somos capaces de reconocernos en alguien que consideramos inferior a nosotros, por lo que los procesos de identificación tienen que ver con iguales. Este último punto tiene especial relevancia por el hecho que la educación debe señalar el camino para que los que han sido “tradicionalmente negados” estén en un plano de igualdad. Esto significa que puedan reconocer, sentirse reconocidos y reconocerse en otros. De esta manera la educación tendrá un rol inclusivo y no excluyente. Se excluye al que no es igual como una forma de asentar la identidad, como una manera de constituirse, de construirse. La escuela tiene muchos ejemplos donde bajo el amparo de poderes de hecho ha actuado segregando, no permitiendo que el hombre como individuo integre y desarrolle sus necesidades vitales de realización en y con los demás.[4]
2. Re-producción de saberes.
El concepto de reproducir lleva en sí mismo aparejado la noción de circularidad, de estaticidad, de no avance. La forma dinámica de la naturaleza humana hace de este término una aberración pedagógica. El hombre siempre actúa con respecto a la realidad con criterios de colección, interpretación y análisis. Está forma de aprehender el conocimiento conlleva un enfoque dinámico. El conocer es una construcción que se adquiere mediante la observación, la educación, el estudio y la experiencia. El hombre es, según Peirce, un sujeto interpretante, por lo que para su desarrollo debe ser orientado a “interrogar (preguntar) al ser, al mundo y a sí mismo.”[5]
3. Homogeneizar versus diversificar.
Según Lacan, existe una energía psíquica profunda que orienta el comportamiento hacia un fin y se descarga al conseguirlo. Tal es el concepto de pulsionalidad.[6] Ello significa que el ser humano en su devenir acumula y descarga energía, por lo que todo proceso interno tiene un “ritmo” propio. De acuerdo con esto, al establecer objetivos de aprendizaje se debe tener en cuenta la diversidad interindividual.
4. El tema del arraigo de competencias.
La costumbre del sistema escolar de “echar raíces” en ciertos modelos educativos es de larga data. La escuela al ser una institución social que como sabemos ha dependido históricamente de poderes fácticos, se ha atribuido en incontables ocasiones la verdad en cuanto al currículum. El problema, entonces, se manifiesta en dos vertientes, por un lado la manipulación del conocimiento como estrategia de los poderes que la controlan; y por otro, las condiciones sociales de la producción de la verdad. El sistema ha sido vulnerable al otorgar una realidad transhistórica al saber, olvidándose que todo conocimiento es él mismo una creación histórica. De esta manera no ha podido trascender a lo contingente, quedando anclado en representaciones antiguas. El sujeto se construye en el mundo, participa de él, pero también lo modifica. El conocimiento emerge enriquecido o contaminado por significaciones colectivas producidas por cada época y lugar.
5. La técnica sin tecnología: el problema de la inmovilidad.
Heidegger en “La pregunta por la técnica”[7], coloca como tema de reflexión las relaciones del hombre con el mundo mediatizadas por ésta. El ser humano ha olvidado su interioridad por privilegiar lo funcional. Importa que las cosas funciones y no los porqué. La técnica, de esta manera, se convierte en una esperanza de una relación más profunda y originaria con el ser. Sin embargo, el sistema escolar en su afán por participar del mundo, nos ha remitido a conocimientos de orden práctico, en una búsqueda por la precisión. De esta forma, se instruye pero no se internaliza, se mediatiza sin pleno conocimiento del por qué de esa manera de hacer. El peligro es que la técnica puede desvincularse de los valores, no así la tecnología. Porque lo propio de aquella es la exactitud, lo que no implica orientar la existencia del hombre. Por tanto, si la tecnología es un saber hacer cosas, pero según un ideal, al no estar presente, volvemos al problema de la reproducción, de la inmovilidad.
6. Con-fusión.
El problema de la sociedad actual es un problema de certidumbres. La caída de las certezas ha generado un inconveniente serio que ha tocado a todas las instituciones sociales y, también, a la escuela. La mezcla confusa de saberes e intentos fallidos hacen de aquella un proyecto de por sí incoherente. La vacilación y el miedo a someter a escrutinio su propio saber ha sido el componente fundamental para la crisis que vive la educación a nivel mundial.
III. Conclusiones.
En este recorrido he querido esbozar una crítica basado en dos conceptos que para mí son claves, el primero derivado de la expresión de Theodor Adorno, que dice que toda reflexión sobre lo social, en este caso una institución social, es una reflexión sobre el conocimiento; la segunda, el tema de la inmovilidad generada por la falta de decisión y valor. Podríamos esquematizarlo de la siguiente forma:
Es curioso pensar que en medio de tanta riqueza y avance técnico, el sistema escolar haya extraviado su esencia. El hecho que vivamos en un mundo confuso, donde el ser humano deambula buscando una identidad perdida lo ha confundido también. Es por esto que hace falta una escuela que recupere la verdad para la humanidad. Verdad entendida como un “hacer salir de lo oculto”, develar el sentido de lo que somos, el valor de la persona. La técnica se ha vuelto el modo dominante del hombre con el mundo, lo que puede ser una amenaza trae aparejado, además, una revolución ontológica. ¿Qué tipo de episteme, entonces, necesita el sistema escolar para hacer frente a este cambio cultural? Pierre Faure, desde
El conocimiento no puede ser confuso cuando se tiene una forma de concebir al ser humano para desde ahí orientarlo en su desarrollo. Nieves Pereira define
BIBLIOGRAFÍA
1. Pereira, Nieves. “Supuestos de una pedagogía personalista y comunitaria”. En su: “Un Proyecto Educativo en Pierre Faure”.
2. Rae 2002. "Diccionario de
3. Lacan, Jacques. (1987). Seminario 11. Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis (ed. rev.). Cap. XIV. La pulsión parcial y su circuito (pp. 181-193). (Juan Luis Delmont-Mauri y Julieta Sucre Trad.). Bs. As.: Editorial Paidós S.A.I.C.F.
4. Heidegger, Martín.
5. Crahay, Marcel. “De las controversias pedagógicas a las problemáticas psicológicas”. En su: “Psicología de
6. Bazarra, L.; Casanova, O.; García Ugarte, J. “¿Por qué no cerrar las escuelas?”. En su: “Ser Profesor y Dirigir Profesores en Tiempos de Cambio”.
7. Coll, César; Martín, Elena; Mauri, Teresa et al. El Constructivismo en el Aula. Ed. Grao. Buenos Aires, 2002.
8. Martín – Barbero, Jesús. De los medios a las mediaciones. Ed. Gustavo Gili S.A. Barcelona, 1987.
[1] Citado en: http://albertoconstante.com/files/(Filosofia)_El_lamento_del_cogito_o_simplemente_Descartes.doc.
[2] La frase no es mía pertenece a Emmanuel Kant quien se refería a
[3] Pereira, Nieves. “Supuestos de una pedagogía personalista y comunitaria”. En su: “Un Proyecto Educativo en Pierre Faure”.
[4] Op. Cit.
[5] Ibid
[6] Rae 2002. "Diccionario de
El concepto de memoria semántica
La ciencia cognitiva ante la pregunta: cómo es posible que mi mente trabaje como lo hace, afirma que un sistema inteligente no es completamente homogéneo y consiste en varios subsistemas funcionales o módulos que cooperan para lograr procesar y conducir información inteligente.
Stillings introduce el concepto de Arquitectura Cognitiva(AC) para referirlo a las capacidades para procesar información y a los mecanismos que intervienen en este proceso. Teniendo en cuenta así, la propuesta anterior, podemos interrogar: ¿Tenemos todos los hombres la misma arquitectura cognitiva? Definitivamente existe alguna variación, por ejemplo, en el caso de las personas sordas el subsistema que proporciona la entrada acústica al oído está funcionalmente ausente. Otro ejemplo podría ser el deterioro en la visión nocturna con la edad. Concluyendo, el sistema nervioso está sujeto a diversas variaciones genéticas y su desarrollo puede verse alterado por diversos factores, ya sea nutricionales o por experiencias de privación, entre otras.
La tendencia en ciencia cognitiva se orienta a focalizar el estudio en lo innato de la uniformidad humana: ¿Qué hace que personas sometidas a ambientes y a experiencias constantes varíen en sus logros? Precisamente la respuesta a esta pregunta se encuentra en las diferencias cognoscitivas innatas. Centrándose en esta temática los cognitivistas describen el sistema humano de procesamiento de la información compuesto por tres subsistemas: sensorio, central y motor. El sistema de procesamiento central recibe los imputs o entradas del sistema sensorial, después que esta información es registrada, ella es transformada haciendo difícilmente identificable dónde el procesamiento perceptual o sensorial se detiene y dónde comienza el procesamiento central. Cada componente de la arquitectura cognitiva tiene funciones particulares. El principal trabajo de un sistema sensorio es la “transducción” de algunas formas de energía física que chocan con el cuerpo de manera tal que sean aprovechables por los procesos cognitivos. En el nivel físico de análisis la energía física enviada es transducida por células nerviosas especializadas llamadas receptores en actividad electroquímica. En el nivel formal de análisis la actividad electroquímica puede parecerse a una señal compleja o a un código que representa información contenida en la energía física enviada.
La codificación inicial puede ser transformada de varias maneras para producir una representación clara de la información más útil.
La especialización del sistema nervioso es una fuente de evidencia para la tesis de
Fodor postula que el proceso inicial del habla es también modular. Dada la íntima conexión que nosotros percibimos entre lenguaje y pensamiento, da que pensar que el proceso de imputs lingüístico pueda ser información encapsulada. Esto se podría extrapolar al sistema motor, ya que también involucra transducción. Para que el movimiento real ocurra los códigos nerviosos deben causar contracción muscular. Esta transformación es acompañada por eventos neuroquímicos y una clase de conexión especializada entre las células nerviosas motoras y las células musculares.
Diversos autores alaban la flexibilidad de nuestro pensamiento en cuanto a su capacidad. El pensamiento se caracteriza usualmente por centrar su atención. El lado positivo de la atención es que permite mantener la dirección del objetivo o meta propuesto. El lado negativo es que nuestra capacidad de atención es limitada y a menudo sobrepasada. Durante nuestras vidas nosotros podemos adquirir mucho conocimiento de los sistemas sensorio, motor y cognitivo, y tenemos la capacidad de retrotraerlo cuando sea necesario. Está claro que los procesos centrales deben tener una AC bastante compleja. Una hipótesis importante en la visión clásica de
Los símbolos complejos se procesan según un conjunto de reglas y restricciones. Estos pueden aplicarse a la producción y análisis de estructuras simbólicas más complejas aún. De manera similar a los idiomas cuando forman frases y las combinan con otras frases para generar a su vez nuevas frases mucho más complejas, las formas de información operan en términos de su estructura y garantizan el proceso de representar estructuras similares. La pregunta que deriva, entonces, es: qué se puede decir de la habilidad humana para representar una variedad ilimitada de hechos en una variedad ilimitada de áreas. En esto se asume que los hechos son representaciones interiores proposicionales e inconscientes. Esto se traduce en el idioma cuando hablamos. Esta teoría de una representación proposicional subyacente corresponde al sentido introspectivo frecuente de tener una idea a ponerla en palabras. Esto se ejemplifica en el caso de que generamos fácilmente un concepto(perro, silla, ...) pero al momento de definirlo tenemos problemas. Este fenómeno sugiere que las definiciones se expresan en una representación interior que es asociada con una palabra. Nosotros recuperamos la palabra fácilmente, pero al definirla requerimos de un esfuerzo mental considerable. Esta es la razón por la que se podría explicar cómo los niños pueden adquirir conceptos a pesar de no saber su significado.
Hemos realizado un recorrido acerca de cómo los símbolos a pesar de ser físicos tienen asociados valores semánticos. El procesamiento de la información opera sobre dichos símbolos pero a su vez estos están regidos y restringidos por valores semánticos.
En el caso de los programas computacionales estos no tienen acceso a los valores semánticos sino sólo a las formas físicas de los símbolos que procesa. Esto no quiere decir que sus operaciones no están restringidas semánticamente, ya que están codificadas por las personas que las programan en la propia sintaxis del lenguaje simbólico.
Existe, entonces, una relación importante entre sintaxis y semántica, ya que la sintaxis del código simbólico refleja o codifica su semántica.
Las preguntas que surgen de esta propuesta dicen relación con el cómo obtienen su significado las expresiones simbólicas que están codificadas en el cerebro. Qué significa este código del cual no somos conscientes, pero que sin embargo se manifiesta en nuestra conducta. Preguntas que sin lugar a dudas esperan aún una respuesta.
PUNK E IDENTIDAD CULTURAL
Una perspectiva desde Chile:
Esta es una reflexión en torno a los procesos de identidad juvenil, se ha tomado el caso “Punk” como una forma de ir ejemplificando las argumentaciones que los teóricos han realizado acerca de las tribus urbanas. La metodología a seguir será ir presentando lo que opinan diversos teóricos sobre los procesos de identidad cultural, apoyar con imágenes o fanzines desde la sub cultura “Punk” ciertas opiniones expresadas por estos autores. Recoger, finalmente, lo expuesto y relacionarlo con los procesos identitarios que los Punkies han sufrido en Chile.
Los Punkies surgen en Inglaterra a fines de los 70 bajo la premisa "No hay futuro". Reemplazan las C por K a modo de protesta, basándose en la estética anarquista creada por Bakunin. En Chile, surgen a mediados de los 80, como una respuesta al régimen militar y a la represión social. Su vestimenta desgarrada, llena de broches y banderas, responde a una identificación con la desintegración social, mientras que sus peinados acusan la destrucción de las razas originarias de EE.UU. (mohicanos), por un lado, y una reacción frente a la explosión nuclear, por otro. El término Punk nos revela su horizonte social y estético, ya que significa literalmente “pobre hombre”, “bobo”, “de mala calidad”. En nuestro país se han agrupado en
La revista Qué Pasa del 15 de abril de 2000 relataba así el suceso:
“En 1998, un grupo de jóvenes punk descubrió que en la calle Tarapacá -en el corazón de Santiago Centro- había una casa desocupada.
Luego de forcejear la entrada, cinco de ellos se instalaron y emprendieron un proyecto orientado a cubrir sus necesidades habitacionales y culturales. "
Llegó a hospedar a más de 15 punkies de diversos estratos socioeconómicos, pero unidos bajo un mismo lema: luchar contra "el sistema".
Luego de varios desalojos, estos jóvenes no olvidaron la idea de sus homónimos españoles: "Un desalojo, otra okupación". Descubrieron una casa en Macul, donde había funcionado una panadería. Otra vez fueron cinco chicos, de entre 16 y 25 años, los protagonistas de la toma. En octubre de 1999, inauguraron la "Kasa Kultural
Esta necesidad de buscar un espacio en nuestra sociedad tiene sin lugar a dudas que ver con el fenómeno de la identidad. En la práctica, algunas identidades juveniles son absorbidas y devueltas mediáticamente como estilos de vida que se universalizan. Las culturas juveniles se construyen bajo asedio incesante de las industrias culturales que promueven el consumo como forma de vivir la vida. El rock en todas sus variantes, las formas de vestir, los símbolos y otros lenguajes se universalizan a través de múltiples mecanismos mediáticos. De hecho, los canales musicales de la televisión por cable se han extendido por todo el mundo, influyendo notoriamente las preferencias juveniles y determinando el consumo cultural.
En opinión de Maffesoli lo que convoca a estas subculturas juveniles, denominadas también “Tribus Urbanas”, son un cúmulo de aspectos que dicen relación con el género, la edad, los repertorios estéticos y los gustos sexuales.
Algunas estadísticas recientes nos hablan acerca de los jóvenes que participan de estos grupos, en su gran mayoría menores de 18 años, de procedencia marginal, con muy poca educación y por sobre todo que participan de pandillas.
En este último sentido, las Trubus Urbanas podrían constituirse como:
· un recipiente de las tensiones y ansiedades por las que atraviesan los jóvenes en nuestra sociedad.
· la expresión de una crisis de sentido a la cual nos arroja la modernidad
· la manifestación de una disidencia cultural o una “resistencia” ante una sociedad desencantada por la globalización.
Desde estos principios el fenómeno Punk se nos presenta caracterizado por su deseo de expresar las ansiedades que les provoca un estado al que consideran injusto. Aquí la anarquía se vive como el principio organizador de su propia crisis de sentido. El quiebre es, además, cultural, puesto que sienten que el Estado no les da la posibilidad de expresarse con la diversidad y fuerza necesaria. Pretender imponer sus puntos de vista desde diferentes ámbitos: los más moderados con una resistencia de tipo cultural, como los folletines contra el Mc Donald; y otro con una clara tendencia violenta.
De acuerdo a lo señalado por Martín-Barbero el quiebre que han producido los procesos globalizadores en cuanto a la uniformidad de la cultura, impone la necesidad de examinar cómo se negocia la cultura y de qué modo es objeto de transacciones en una serie de contextos. La naturaleza aglutinante de las prácticas populares en Latinoamérica contribuye a la preservación y flexibilización a las modernas demandas. En este sentido se plantea el interés por las mediaciones como una forma de inteligibilizar la formación de identidades.
Siguiendo a Martín-Barbero, existe una pérdida en cuanto a los vínculos existentes en cuanto a la lengua como con el territorio, en América Latina. Ello producto de que la nación ha rebasado los límites fronterizos geográficos. La ciudad sufre un fenómeno de desintegración debido a los intentos de hacerla cada vez más racional. Este proceso va acompañado de una pérdida del sentido de pertenencia y a un aumento de la desterritorialización.
A su vez Nestor Garcia Canclini, arguye que los medios de comunicación social no han afectado las formas de expresión cultural, sino más bien ha transformado los modos antiguos de concebir la cultura, puesto que lo tradicional y lo moderno se mezclan continuamente.
García Canclini denomina a estas diversas mezclas interculturales “culturas híbridas”. Este término se refiere no sólo a las mezclas raciales o las fusiones religiosas. Es el caso del Punk que incorpora muchas formas de hibridación, tales como: el anarquismo, la moda, el rock, etc.
Este autor afirma que nuestra época se caracteriza por la jerarquización individual de bienes de carácter simbólico a base del gusto individual y no de patrones de consumo establecidos socialmente. El papel de los medios apunta a la promoción de nuevos productos de consumo cultural.
También debo mencionar la pérdida de los tipos de relación con los territorios geográficos y sociales, lo que conlleva una construcción a nivel simbólico del espacio urbano. Esto provoca que los conflictos se coloquen en un plano distinto y variado, más bien multilocal, repensando la autonomía cultural. Por este motivo existe una revalorización de la cultura a través de diversos enfoques, como las tribus urbanas.
Con este tipo de relaciones el ejercicio del poder se desplaza.
La elaboración de la identidad colectiva tiene aún lugar dentro de los territorios, sin embargo se han debilitado las relaciones entre los productos culturales y sus lugares de origen.
Renato Ortiz es otro teórico que ha reflexionado acerca de las consecuencias de los procesos de globalización, en cuanto a la identidad cultural. Este autor sostiene que es necesario ampliar la mirada y captar el proceso cultural no a un nivel local o global al momento de percibir los procesos sociales. Considera que el momento de desterritorialización forma parte de un universo de símbolos compartidos mundialmente por personas situadas en los lugares más distintos del planeta.
Este es el caso Punk, una subcultura que ha trascendido las fronteras originarias y que ha difundido sus pautas de consumos y gustos.
Una vez más, mientras reconoce la importancia del impacto del cambio, Ortiz insiste en que hay una jerarquía de relaciones. La diversidad –sostiene– no equivale a democracia; la modernidad mundial ofrece a los grupos sociales múltiples referentes, y éstos los usan de diferentes maneras. Sin embargo, la disponibilidad en el ámbito internacional, el uso y la adaptabilidad de un conjunto de símbolos compartidos para la construcción de la identidad no debe interpretarse automáticamente como un impulso democratizador.
A modo de conclusión, hemos revisado la opinión de diversos autores acerca de los procesos de desterritorialización que han experimentado las naciones por obra de los procesos globalizadores. Como los jóvenes se han apropiado simbólica y territorialmente de las ciudades como una forma de construir identidad y de autorreafirmarse en el grupo. En opinión de Pérez Tornero existe una respuesta de los jóvenes a la racionalidad excesiva y burocrática de la vida moderna, y a este aislamiento a que nos someten las grandes urbes. De alguna manera, esto último, reivindica el aspecto humano, además. También tornero plantea la tensión con que la sociedad adulta trata a los jóvenes, los que son objeto de posiciones contradictorias, ya que por un lado se presentan como promesa de futuro y por otro como amenaza a los valores paternos.
El fenómeno Punk no deja de tener todas estas características antes mencionadas: su propaganda interna o Fanzine así lo demuestra, su búsquedas de espacios de manifestación(Ocupa), su apropiación de la ciudad(Plaza Italia), y por sobre todo su ideología anarquista, antimilitarista y pesimista.
BIBLIOGRAFÍA
· Costa P., Pérez, J.M., Tropea, F. (1997) Tribus Urbanas, Ed. Paidós, Barcelona.
· García Canclini, Nestor. (1995) Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Editorial Sudamericana, Bs. As.
· Maffesoli, Michel (1990) El tiempo de las tribus. El declinamiento del individualismo en las sociedades de mas. Icaria, Barcelona España.
· Martín-Barbero, Jesús. (1987). De los medios a las mediaciones. Ed. G. Gili, Barcelona.
· ORTIZ, Renato. (1988). A moderna tradiçao brasileira: Cultura brasileira e indústria cultural. Sao Paulo: Brasiliense.